No sólo los taxis
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia lo tienen claro: ante la economía colaborativa, regulación “la justa”. Así que podemos afirmar que la propuesta tiene muchas posibilidades de arraigar.
Independientemente de cómo nos pongamos y a la espera de que los jueces se pronuncien, muchos sectores le han visto las orejas al lobo. Es cierto que hay proyectos que nacen y crecen cumpliendo estrictamente la Ley, otros que menos y los menos que “para nada”; pero la “economía colaborativa” ha llegado para quedarse.
Viene de latitudes, quizás, mas laxas con las “necesarias” licencias administrativas para desempeñar “según qué” trabajos profesionales. Y, evidentemente, es con esas actividades, las que pueden “defenderse” de la competencia esgrimiendo esa “necesidad” de una licencia; las que copan los titulares de actualidad en forma de noticia. Pero “afectan” (o complementan) a la oferta de, practicamente, todos los sectores de la economía.
En origen, la “economía colaborativa” proponía “compartir” el uso de las cosas a cambio de ir “a escote” con los gastos. Es decir: ofrecer el disfrute de bienes sin necesidad de adquirirlos o de arrendarlos. Sin “pagar” por ellos.
Si yo tengo un coche, lo comparto (BlaBlaCar). Si yo tengo una casa (o un colchon en una esquina del salón), la comparto (AirBnB).
En principio, no “cobro” a esa persona por el disfrute de lo que es mío; sino que esa persona accede a “compartir” los gastos que me supondría eso que “es mío” si no lo comparto.
A partir de ahí, hay que echar el freno: los usuarios de miprimoelectrecista.com no pueden compartir los gasto de “mi primo”… por muy electricista que sea. Y menos si “mi primo” no paga “autónomos”, no emite facturas ni declara IVA…
¿Eso quiere decir que si el primo de mi amigo me arregla la luz de la cocina y yo le invito a unas cañas… estamos haciendo algo ilegal?
Las plataformas no pueden “desplazar” esa obligación a la persona que “comparte” sus bienes. No se puede desplazar al propietario el cumplimiento de los requisitos necesarios para que su vivienda pueda ser considerada “alojamiento”: seguridad, incendios, categoría…
Los lectores de este blog corren el peligro de “ser convencidos” de que la imagen (que vale más que mil palabras) es lo más importante a la hora de promover un proyecto empresarial… y para nada. También es fundamental tener una estructura legal, financiera y fiscal que aporte la necesaria estabilidad.
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