Internet: el “precio” o el “nicho”

Los mitos no tienen por qué ser más o menos acertados que las explicaciones que la ciencia le da a cómo suceden las cosas.

Que el destino dependa de las fuerzas resultantes del Big-Bang es tan incomprensible como que dependan de los caprichos y necedades de dioses y demonios.

La diferencia es que uno admite discusión… incluso la busca. El otro no admite discusión… es una explicación de por qué las cosas son como son.

Hay muchos mitos alrededor de Internet. Muchos provocados por la new age entrepreneur que vivimos; en la que todo tipo de personajes chillan como monos lo que es “emprender” y lo que no lo es.

El primer mito con el que tiene que lidiar un emprendedor es que “emprender” implica hacerlo sin dinero. Una política de gasto cero que lleva a plantearse casi cualquier tipo de negocio de manera “digital” sin pensar en si eso es viable o no.

Una tienda física supone proyectos, licencias, obras, acondicionamientos, decoración… atención física por parte de personal presente; un etcétera que supone un total invertido incompatible con la idea de “emprender” a la que nos están acostumbrando.

Es lógico pensar en que una tienda on-line, sólo por el hecho de no necesitar todo eso, es más “barata”… al menos hasta su apertura; que la atención que requiere no es “presencial” y que esa diferencia de costes se puede trasladar al precio del producto en venta para que sirva como “bomba nuclear” contra el comercio tradicional.

Ese efecto “bomba nuclear” ha quedado más que demostrado. Falta saber ahora si el que la lanzó se ha hecho rico con su idea y su tienda on-line.

Que amazon.com lo haya logrado no quiere decir que los millones y millones de tiendas que compiten entre sí por que google muestre sus productos antes o después sean económicamente viables.

Me parece que hemos pasado por alto que aquí… el gasto verdaderamente importante no es el de la “apertura” aunque, evidentemente, hay que disponer de capital para afrontarlo y eso no siempre sucede; sino que es lo que cuesta “conseguir” un cliente.

La inversión que se hace en la tienda física se realiza para abaratar el coste que supone “conseguir” ese cliente. Una vez abierta, las tiendas on-line tienen muchos más problemas para conseguir ventas que las tiendas físicas.

Claro… aquí nos estamos saliendo del “mito” para entrar en el campo de la ciencia. Esa ciencia que no sólo admite discusión sino que además la busca. Pero para discutir, no sólo hay que conocer la ciencia… hay que pensar por uno mismo. Para “compartir” el mito tan solo hay que conocerlo… aunque sea de oídas.

Por eso, los que además de saber de internet son capaces de pensar por sí mismos nos hablan del nicho.

Para empezar, aclarar que el nicho no se refiere al producto sino al público.

Es un error pensar que Internet es “lo suficientemente grande” para vender “cualquier cosa” por rara que sea. Lo que sí sucede es que internet es lo suficientemente grande como para encontrar a casi cualquiera por raro que sea.

Esa rareza de cada uno, bien gestionada en forma de crear una red de “raros” tan raros como yo, es la manera correcta de plantear el “nicho”. Porque si consigo crear a mi alrededor una red que comparte mis rarezas, sabré que quieren, qué problemas tienen y cuáles son sus apsiraciones.

Y no nos engañemos… sólo los que “fabrican” venden productos. Los que somos “reseller” vendemos soluciones a esos problemas, a esos quereres y a esas aspiraciones. Soluciones reales o sustitutivos aparentes.