Marcas para MicroPYME’s
La historia de las marcas es casi desconocida. Existen marcas de los ejércitos romanos e incluso anteriores… de las civilizaciones “modernizadas” por estos. Pero no fue hasta mediados del Siglo XIX cuando se empezó a hablar de “las” marcas.
Cuando se empezaron a promulgar leyes que protegían la propiedad de las cosas que llevasen marca. Una vaca con la marca de un rancho de Arizona pertenecía a ese rancho a no ser que cruzara la frontera con Mexico. Todo lo que vagaba libremente por ahí y pertenecía a alguien llevaba marca: de los ranchos, de los ejércitos, de las navieras o de las líneas de ferrocarril o de diligencias.
“La Marca” tal y como lo entendemos ahora, tomó esto como modelo. Pero no evolucionó desde ahí.
Desde del Siglo XX, los empleos se especializaron de tal manera que cada empleado tenía una función distinta y complementaria dentro de la estructura de las empresas. Como consecuencia, los clientes mantenían su “contacto” con los productos y servicios que ofrecían esas empresas a través de “varias” personas distintas.
Hasta entonces, todo el contacto entre el cliente y el producto que quería comprar se establecía con una sóla persona. Tocaba “despersonalizar” ese contacto. El “dependiente” de unos Grandes Almacenes fue sustituido por “la Marca” de esos Grandes Almacenes.
Aquí nace esa lectura parcial del “Concepto de la Marca” que lleva a los más pequeños: profesionales, pequeños comercios, PYMEs… a “pensar” que esto del “branding” no va con ellos… que es cosa de los grandes conglomerados empresariales. Nada más lejos de la realidad. Veamos por qué.
Desde ese momento (estamos hablando de mediados del Siglo XX) esas grandes empresas, que ya tenían su Marca y ya establecían su contacto con los clientes a través de ella, comenzaron a estudiar “qué más” podía aportar aquella novedad.
Así comenzaron a aparecer los primeros estudios serios acerca de las implicaciones psicológicas de las marcas: ¿Cómo se relacionan los clientes con una “Marca”? ¿Cómo se sienten influidos por el color, por la forma, por el nombre? ¿Cómo se ven influenciados por ambientes que les retraen, les atraen o les invitan a descansar? ¿Qué valores les permite distinguir unas marcas de otras? ¿Cómo una Marca puede agrupar aquellos factores por los que una empresa desea ser “reconocida”?
Esta imbricación de la psicología en los campos de la arquitectura, la comunicación, el diseño, la publicidad… es la gran aportación de las Marcas empresariales a la historia “comercial” de la segunda mitad del Siglo XX.
A todos estos “pequeños” que piensan que “esto” no va con ellos, decirles que lo que se ha teorizado y demostrado en todos estos trabajos vale tanto para ellos como para CocaCola. La única diferencia es que CocaCola se las desea con 1.000.000.000 de clientes al día y “ellos” con 1 ó 2… pero en definitiva sigue siendo lo mismo:
- Si sabes que algo funciona de alguna manera hecho de alguna manera, hazlo de esa manera
- Sobre todo si esa manera no supone un “sobrecoste” ni un “sobreesfuerzo”
- y si no lo haces así tú sabrás por qué… y qué ganas con ello
- Porque si es así lo será porque tú quieres… no porque no vaya contigo
Pero ya estamos en la primera mitad del XXI y hay que seguir avanzando. No podemos quedarnos con lo “escrito” porque la historia de facebook (es un ejemplo que arranca en 2007) ha destrozado muchas de las teorías que, ahora lo vemos claro, descansaban sobre fenómenos casi “mitológicos”.
A terminar de echar abajo esas teorías “mitológicas” nos dedicamos en este humilde blog, con vuestro permiso… y muchas gracias si, leyendo, has llegado hasta aquí.
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