Algo anda mal
Esto no es noticia, ya lo sé; pero sí que ocurrió algo que me hizo pensar… y mucho. En concreto, hoy sábado lluvioso de fin de mes (supongo que a día 28 poca o muy poca gente habrá cobrado su nómina) fui a los centros comerciales CARREFOUR de Alfonso Molina e HIPERCOR de Marineda en la Carretera de los Baños de Arteixo; ambos en A Coruña.
Bien… al primero llegué pasadas las 10:00 de la mañana y al siguiente cuando aún no eran las 11:00. En ambos, había retención de vehículos para entrar.
No es el caso (creo) de que, como llueve, pues la gente va al Centro Comercial a pasear. CARREFOUR de Alfonso Molina ni siquiera tiene alternativas de ocio o de hostelería.
Cuando me acercaba me convencía a mí mismo de que podría ser un atasco debido a algún accidente o algo similar. Ni con esas: el parking inferior estaba abarrotado y la gente debía girar la vía de servicio para acceder al superior… descubierto; en día de lluvia.
En el caso de Marineda City, la cosa era peor. La retención seguía en ambos sentidos: hacia la ciudad y hacia Arteixo hasta donde se perdía la vista. Incluso había coches paradas en el enlace de As Rañas.
El contador de Marineda anunciaba 1.200 plazas libres en el parking. Luego había 2.400 vehículos aparcados en el interior. No eran. como digo, ni las 11:00 de la mañana.
Esto hace que se tambaleen todas tus convicciones (al menos las mías) acerca del futuro que tiene el comercio interior: de barrio, de proximidad. No tienen manera de hacer, ni siquiera, frente a esto. Carecen de las armas y herramientas necesarias para, por lo menos, tomar cuenta de la situación y actuar de alguna manera (la que sea) en consecuencia.
Tiene que haber muchas cosas que se están haciendo muy mal desde hace mucho tiempo. Tanto tiempo que esas cosas se tienen ya por normales o por “lo que se hace desde siempre”; sin entrar a valorar si valen o no valen.
Preguntarse (y responderse) sobre lo que la gente “normal” considera “obvio” es tarea de la filosofía. Y creo que debemos empezar a filosofar.
Como contrapunto, al salir de HIPERCOR conduje hasta el centro. Vi coches, tambien muchos; estacionados (o fondeados) de mala manera en 2ª, 3ª o 4ª fila, en los pasos de cebra; con gente corriendo por aquí y por allí. Ni un sitio donde aparcar. No había ambiente de comprar… el Centro (de San Andrés “hacia el más allá”) no tiene ambiente de comprar, de consumir, de disfrutar de una terraza o de un café un sábado por la mañana. ¿Por qué?