Experiencias exclusivamente on-line
El terraceo es la experiencia más off-line que existe. Con los móviles en stand-by sobre la mesa, piando de vez en cuando sin que les hagamos caso; me han recordado que sí existen experiencias interactivas exclusivas de internet, lo que viene a ser un comentario (cruel y off-line) al anterior post.
Y sí… tengo que reconocerlo: la interacción basada en el intercambio de mensajes es algo que no existía antes de Internet ni se puede comprender fuera de su paradigma. Me refiero al blog, los foros y el chat. Luego hablaremos de otras experiencias que también existen y deben de ser mencionadas.
Los “blog” (pincha si no sabes lo que es para ver una definición mil veces mejor que la que te podría ofrecer yo), los foros y el chat son sistemas interactivos de intercambio de información entre usuarios; normalmente de texto e imágenes, si bien existen algunos que también permiten intercambiar vídeo, incluso, en directo.
Desde el punto de vista informacional, las principales diferencias entre ellos son la importancia del primero de los mensajes: máxima en el caso del blog y mínima en el caso del chat; y la velocidad de actualización de los mismos: máxima en el caso del chat que incluso exige que todos los usuarios estén simultáneamente en línea.
Dicen que las nuevas páginas de gestión de redes sociales: facebook, twitter, linkedin…; “mataron la estrella” que iluminaba los tres. Es cierto pero sólo de un modo relativo. Facebook no es más que una muy buena combinación entre ellos. Páginas de corte muy social y muy moderno como Uber, AirBNB o blablacar son, de una manera muy resumida, sistemas de blog con una valoración de los comentarios por parte de los usuarios. Esos sistemas de valoración, votación o puntuación también están presentes en los agregadores de enlaces tan de moda hace un tiempo del tipo Meneame o Bitácoras.
Lo que sí se ha desarrollado, y mucho, son los sistemas que gestionan la pertinencia de cada uno de los contenidos para cada usuario en concreto; y que permiten a los sitios más “modernos” ofrecer contenidos cribados y ordenados de acuerdo con las preferencias del usuario; tanto de una manera directa: permitiendo que el usuario elija qué es lo que quiere ver y lo que no; como indirecta: basada en el comportamiento de ese usuario y en datos recopilados durante su navegación anterior que permite al sistema “saber” qué es lo que le interesa y lo que no.
Es decir, el éxito de los sitios web de redes sociales se basa en la combinación de los sistemas de experiencia on-line que ya existían y en el desarrollo de motores de gestión de datos que les permiten orientar los contenidos que haya hacia unos usuarios o hacia otros.
Otro de los modelos online más puros que existen son las “wiki“; en las que los usuarios editan (y discuten, a veces acaloradamente, esas ediciones) directamente ese primer mensaje; por referirnos a las diferencias entre términos de las que hablábamos antes. Y es esta “wiki” la que me sirve a mí para explicar lo que quería decir en ese anterior post.
Independientemente de lo que haya habido por detrás de lo que aparece en la pantalla, el consumo del contenido de esa “wiki” es puramente 1.0 (sin ánimo peyorativo de ningún tipo) y no resulta una experiencia interactiva de ningún modo, salvo por el hecho de puedan existir (o ni eso) hiperenlaces. Es decir, que podríamos decir que la experiencia interactiva está reservada a los frikis o a los “geek” que participan en la construcción de esa información y se le niega a la mayoría del personal que se limita a “consumir” el resultado de esa interacción.
Y esto se puede llevar al paroxismo incluso en el propio facebook, el en que hasta un 85% de los usuarios se limita a leer, ver fotos, vídeos y, si eso… darle al me gusta. Y es esa posibilidad de “sólo darle al me gusta” lo que ha convertido facebook en lo que es: el verdadero Rey de Internet.
Y es que al usuario no se lo podemos poner difícil (máxima de la usabilidad) ni podemos irnos mucho más allá de lo que espera encontrar. Así que vamos dando pasitos. A cada pasito que dan los más grandes, siguen los pasitos de todos los demás. Pero es evidente que las empresas que hoy por hoy dominan la web han llegado a tener un tamaño tan mastodóntico que les hace imposible seguir caminando. Y eso nos ha hecho pararnos aquí: con una web con muchos más colores, muchas más tipografías, movimiento, mucho más rápida, adaptada a multitud de dispositivos y pantallas… pero aún muy lejos de las posibilidades de interacción y de “gamificación” (es un ejemplo) que ofrece la potencia de cálculo de esos dispositivos.
Además, es ya muy difícil que otra empresa con una propuesta innovadora se haga con un pedazo del pastel suficiente para invertir lo que hay que invertir en desarrollar esa propuesta y hacerla llegar a la gente.
Obviamente, el callejón tiene salida aunque a día de hoy no se la veamos. Esperemos que sea lo suficientemente grande para todos. Si no es así, pues habrá quien no salga.
Pero lo que nos importa a nosotros es que sí existen maneras de crear experiencias positivas para la gente… aunque internet no sea más que una herramienta que ayude o lo facilite. Pero esas experiencias, hoy por hoy, sólo en internet son muy difíciles de conseguir. ¿Conoceis alguna?