5 cosas que necesitas saber para dar una imagen a tu empresa

Para elegir en donde hay que invertir más o menos, hay que conocer al público al que te quieres dirigir. Si me dices que quieres ir a por todo el mundo es que tienes un fallo gordo en tu Plan de Empresa. Tienes que tener muy bien pensada/sabida la manera (o las diferentes maneras) en que tu público se relaciona con tu producto/servicio en el momento en que lo compra: si tu producto/servicio “se compra” en un establecimiento comercial o no, si se paga al contado o a plazos, si es una “iguala” o una cuota mensual.

1. Establecer “necesidades”

De estas valoraciones (que debes tener claras tú) saldrán las “necesidades”: la “necesidad” de tener un local o no; y la “necesidad” de que ese local sea un espacio “abierto al público” o sea una oficina en la que “sólo trabajes”; la necesidad de tener o no un sitio web y la “necesidad” de que ese sitio web tenga o no un catálogo “on-line”; o de que se “vendan” o no directamente a través de internet.

Por ejemplo:

Si tienes la “necesidad” de exponer un stock de productos “necesitarás” un local comercial abierto al público.

Si existe la “necesidad” de que el público interactúe con esos productos, obligará a que ese local tenga unas determinadas características.

Obviamente, esa “necesidad” obligará a orientar más esfuerzo (trabajo, dinero, tiempo…) a ese espacio.

Si no tienes esa “necesidad” y vendes (o vendes también) a través de un catálogo, deberás centrar más esfuerzo en ese catálogo. Y si ese catálogo puede ser (o ser también) “on-line”, necesitarás poner más esfuerzo en ese sitio web.

A esto se sumará el esfuerzo en lanzar ese mensaje a través de medios sociales y mantener la comunicación con los posibles clientes que surjan por ahí. Este esfuerzo debería ser mayor cuanto mayor sea el beneficio que te suponga meter gente en tu sitio web.

Es un tema de valorar esfuerzos; porque el esfuerzo total tiene un límite.

2. Si no tienes esa necesidad, tienes otra. Si no tienes “necesidades”, tendrás que cerrar…

Entre esa decoración comercial y ese pin quedan otras muchas cosas por hacer: recibos, facturas u hojas de pedido como aplicaciones de papelería; carteles, folletos o trípticos como aplicaciones de papelería para publicidad; correos postales o electrónicos, newsletters o campañas publicitarias; elementos comerciales como tarjetas de presentación, dossieres, catálogos; sitios web y perfiles y páginas de perfil en medios sociales, directorios web o foros en los que se participe.

3. Saber quien es tu público y en dónde encontrarlo

Por ejemplo:

Sobre lo último, matizar que existen medios sociales generalistas, como facebook, twitter o google+; y otros medios sociales más segmentados.

Unos son medios sociales “segmentados” por los contenidos que se comparten: vídeos en YouTube o Vimeo, fotos en flickr o picasa u otras más populares como tumblr, instagram o pinterest, publicaciones en issuu o slideshare, presentaciones en prezi, etc.; medios que a su vez, llaman la atención de un público concreto y menos la atención de otro.

Otros medios sociales “segmentados” lo serán por el público al que tratan de “llamar”: medios sociales como LinkedIn, foros especializados por sectores profesionales como abogados, arquitectos o escritores; blogs y bitácoras en las que escriben una o varias personas que forman un grupo temático: profesionales, como los anteriores; o temas más populares como bricolage, jardinería, cocina, etc.

Estos sitios web, en sintonía con lo anterior, están más orientados a transmitir cierto tipo de contenido. Por ejemplo, de cocina, hay sitios web que transmiten vídeo y otros que transmiten textos y fotos; y eso llama la atención de un público u otro.

Los medios sociales “generalistas” suelen dar soporte para todo tipo de contenidos: textos, imágenes, animaciones, vídeo, sonido, presentaciones… y llamar la atención de mucha más gente; pero a la par es mucho más difícil convertir esa “mucha más gente” en clientes.

4. La imagen es total… y debe desplegarse lo máximo posible

Si tienes un producto que “encaje” en una red social “segmentada” debes aprovecharla. Lo que no significa que abandones lo demás. Recuerda que no vas a ser tú quien decida a través de qué medio vas a establecer tu contacto con tus posibles clientes. Eso lo van a decidir ellos (o no… será más bien producto de la casualidad); lo que te obliga, en principio, a estar “en todas”.

De lo que se trata es de tener una serie de criterios para “repartir” ese esfuerzo que, como es lógico y ya dijimos, debe de tener un límite. Pero no escatimes esfuerzos en crear contenido y compartirlo. Cuanto más medios y soportes se abarque, mejor.

5. Y lo que hagas úsalo… pero úsalo una y mil veces

Sobre ese esfuerzo, es fundamental entender que la parte más importante corresponderá a la creación/generación de contenidos: imágenes, fotos, textos, creatividades, diseños, frases, vídeos, sonidos, melodías… por eso es fundamental que una foto (que vale más que mil palabras) pueda ser utilizada tanto en la web como en los medios sociales; pero también a la hora de maquetar un folleto, editar el catálogo o montar un vídeo; y que esas creatividades puedan, a su vez, ser aprovechadas para internet o para dinamizar los medios sociales. Es lo que se llama reaprovechamiento multimedia: Lo que se haga (algunos dicen “lo que se paga”) debe de poder ser reutilizado una y otra vez.

Por ejemplo:

¿Qué estás haciendo? ¿Dónde? Pongámoslo en unas fotografías… Usaremos esas fotografías para la página de web y haremos unas creatividades con ellas para un folleto que podamos repartir.

Pongamos bien claro en el folleto cual es tu sitio web y qué se puede hacer allí… enlacémoslo con los medios sociales generalistas principales.

Repartamos esos folletos entre tus vecinos (que lo serán, además, de tus últimos clientes…)

Esto se puede multiplicar: a corto plazo, convocando un concurso a través del que los que se hagan usuarios de nuestra página puedan optar a descuentos u otras ventajas; a medio plazo proponiendo eventos (cursos, seminarios, encuentros…); y a largo plazo proponiendo convertir los resultados de esos encuentros en un vídeo temático sobre eso a lo que nos dedicamos.